lunes, 1 de junio de 2015

Vivir de la guapura


Que "Zarcillero" era un toro guapo, nadie puede ponerlo en duda. Que hay toros más feos que embisten mejor, también. Sin embargo, de la misma manera que existen personas que viven gracias a su belleza, ¿por qué no van a existir ganaderías? ¿Qué aficionado no recrea la vista ante un Partido de Resina, antiguo Pablo Romero? Generalmente, la guapa no es la más lista... Ni se le exige. 

La corrida de Partido de Resina tampoco salió como la tonta del bote, pero le faltó casta y lucimiento. Siendo generosos, hubo tres toros con cierto interés -sólo cierto-: segundo, tercero y sexto. Los toreros que tuvieron delante -Sebastián Ritter y Rafael Cerro- no están lo bastante placeados para sortear rarezas. Probablemente, un diestro veterano habría sacado algo más de partido -sólo algo-, pero tampoco fue éste el caso. Como suele suceder con estos carteles, se juntaron el hambre y las ganas de comer. Para rematar el asunto, el más decano de la terna, Eduardo Gallo, vino a Madrid inapetente. 

Noticias positivas: que los de Partido de Resina no terminaron rodando por el suelo -antiguo problema de la casa- y que los toreros, a pesar de su bisoñez, se marcharon sin golpe ni multa. Y con esto y un bizcocho, a pensar en mañana, que vienen los Cuadris. 

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