miércoles, 10 de septiembre de 2014

Atlántico salobre

Bendito sea el calor en septiembre. Para celebrar este verano dilatado, leemos y contemplamos un soneto del gran Antonio García Barbeito y unas fotos tomadas el mes pasado en Ayamonte, un paraíso entre el Atlántico y el Guadiana.


Verano. Julio. El mar. Atardecía...
Crepuscular silencio de la playa.
Oro templado, el sol, como medalla...
colgada al cuello de la lejanía.

El mar se iba en las olas y volvía
en un querer ganarle la batalla
a la suave marea, que no falla
en su almanaque azul de oceanía.

Y ella, sirena en barlovento, ella
dejando un pie menudo como huella
sobre la arena. Y mi sentimiento.

Nunca podré contar aquella historia:
las cartas que escribí con la memoria
se fueron enhebradas en el viento...
 
 

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