martes, 8 de abril de 2014

La Escuela de las Fulanas

En una galería de arte de Madrid proyectan, en bucle, un vídeo porno. En plano secuencia, a través de un dilatado acto sexual, los artistas reflejan -eso dicen- el paso del tiempo. No en vano, entre jadeos, los "actores" van envejeciendo y, de una joven y ardorosa pareja de cubanos, se pasa a un matrimonio veterano y metido en carnes. Misterios del arte contemporáneo. Para contemplar "la obra", los galeristas enchiqueran al público en una salita totalmente a oscuras donde, tanteando, con suerte, se puede palpar un sofá negro.
 

A comienzos del siglo XIX, Inglaterra y Francia también revolucionaron el "mundo escénico" gracias a Saarjie Baartmann, una esclava negra de colosales nalgas. La "Venus de Hotentote" -éste era su nombre artístico- se presentaba en los circos como una rareza, casi como una curiosidad científica, con la que el público disfrutaba pellizcando sus posaderas. Aunque murió joven, su cuerpo siguió exhibiéndose gracias a un molde de su figura elaborado con escayola. Todavía hoy, su esqueleto puede admirarse en el Museo del Hombre de París.
 
 
En el siglo XIX, nadie era tan imbécil como para considerar el espectáculo de la Venus de Hotentote una pieza de arte. Era simple pornografía. Sin embargo, en el XXI exhibimos vídeos porno en galerías, supuestamente, prestigiosas que confirman la depravación de la cultura. En mitad de la peste del arte moderno, ¿por qué no empezamos a considerar los puticlubs de carretera como espacios artísticos?
 
 
"Carecer de convicciones respecto a los hombres y a uno mismo: tal es la elevada enseñanza de la prostitución, academia ambulante de lucidez, al margen de la sociedad como la filosofía. Todo lo que sé lo he aprendido en la escuela de las fulanas, debería exclamar el pensador que lo acepta todo y lo niega todo, cuando, a ejemplo suyo, se ha especializado en la sonrisa fatigada, cuando los hombres no son para él sino clientes, y las aceras del mundo, el mercado donde vende su amargura, como sus compañeras su cuerpo" (E.M. Ciorán)
 

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