lunes, 30 de diciembre de 2013

La carreta fantasma llega por Nochevieja


Al cumplir cuatro años, me hice socia por primera vez de un videoclub. Emilio, el dueño, tenía una nutrida colección de películas de dibujos animados y todas estaban a mi disposición. La única condición consistía en rebobinar la cinta antes de devolverla. Con la aparición del DVD, Emilio cerró su negocio, desencadenando en mi persona un pequeño drama existencial. Afortunadamente, no transcurrió demasiado tiempo hasta que Mario abrió el videoclub Acción, en la calle Agentes Comerciales. Me enorgullece afirmar, sin el menor género de dudas, que Algeciras posee el mejor videoclub de España. La colección es tan amplia que las películas, guardadas de canto, no caben en las estanterías. Hay de todos los géneros: comedia, drama, romance, suspense, musical, histórico, acción, fantástico, erótico, cine español, cine internacional, novedades y clásico.
 

El 25 de diciembre por la noche, después de la ciclogénesis que se llevó por delante techos y cornisas, en una Algeciras desierta, el videoclub Acción permanecía abierto. Era la única luz encendida en la calle Agentes Comerciales, y dentro, como de costumbre, estaba Mario, buscando un hueco para la última remesa de películas. Había una novedad que no pasaba desapercibida en la estantería de Cine Clásico: "La carreta fantasma" (1921) del genial director sueco Víctor Sjöström, autor también de esa pequeña joya del mudo titulada "El viento" (1928). Por 1´80€, "La carreta fantasma", basado en un libro de Selma Lagerlöf, recaló en casa.
 
 
Según una leyenda nórdica, si un gran pecador es la última persona que muere al finalizar el año, sufre la condena de conducir la temible Carreta Fantasma, encargada de recoger las almas de los fallecidos, hasta las campanadas de la siguiente Nochevieja. Para narrar esta sombría historia, repleta de hallazgos cinematográficos, Sjöström, con su virtuosismo habitual, inventó las sobreimpresiones y perfeccionó el flashback, recursos prácticamente inéditos en 1921, año en el que Chaplin rodó "El Chico" y, en España, José Buchs hizo lo propio con "La verbena de la paloma".
 

 
Sean prudentes, pues, esta Nochevieja, pequen lo justo, visiten un buen videoclub si tienen oportunidad, y péguenle un recorte a la carreta fantasma.
 
 

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