viernes, 1 de noviembre de 2013

Con los Difuntos llamando a la puerta... "Baile de Huesos"


Recuperar la esencia del teatro, íntimo, directo y casi desnudo. Ésta es la aspiración de una pequeña compañía, Martes Teatro, que desde este verano ha instalado su cuartel general en una minúscula sala cerca de la glorieta de Embajadores, bautizada con el emblemático nombre de Estudio 2, en recuerdo al programa televisivo Estudio 1. Al frente del proyecto se encuentra uno de los más grandes actores españoles: Manuel Galiana, quien ostenta el récord de ser el profesional en activo que más veces ha subido a las tablas.
 
 
Aún recuerdo una noche de febrero, hace ya trece años, en la que vi a Galiana interpretar Cyrano de Bergerac en el Teatro Español. Eran otros tiempos, cuando el Español aún estaba libre de tipos modernos como Mario Gas o Natalio Grueso. Declamando los versos de Edmond Rostand, Galiana se comió aquella sala atiborrada hasta la bandera, donde entran más de 750 personas. Ahora, cansado de la tiranía de los grandes teatros y de directores de casting ineptos, en Estudio 2, el madrileño actúa ante 50 butacas de segunda mano. Ver y escuchar a un actorazo de su talla a apenas cinco metros, supone un deleite difícil de describir.
 
 
La obra que tienen en cartel, Baile de Huesos, es además muy recomendable. Se trata de una comedia negra escrita por Elena Belmonte que describe, con ritmo y humor, la catarsis que sufren cuatro personajes en la antesala de la muerte. La espartana puesta en escena no requiere nada más: en Estudio 2 se retoma el teatro de toda la vida, con buenos actores y buen texto. Ni que decir tiene que Galiana representa a la Parca que, en esta ocasión, se nos antoja más cálida que nunca.
 
 
Dentro de este ambiente casi familiar, a cambio de 12 euros que cuesta la entrada, uno se reconcilia con el theatrón, que en griego significaba "lugar para contemplar". Con el Día de los Difuntos a las puertas, esta obra es una excelente opción para complementar una tradicional bandeja de Huesos de Santo. Al igual que Cyrano, lanzo el guante.
 
 

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