jueves, 18 de julio de 2013

Mujeres (y algunos hombres) que se perdieron por culpa del parné

El que tenga un amor,
que lo cuide, que lo cuide.
La salud y la platita,
que no la tire, que no la tire.

 
Dicen que el dinero no da la felicidad, pero yo prefiero llorar en un Ferrari. La platita, además, siempre ha sido gancho infalible para llevarse a las mujeres de calle. Desde María de la O a la protagonista del tango "Mano a mano", todas, castizas y porteñas, han caído en los brazos de payos y otarios con parné. Ley universal. A toro pasado, bajo un buen techo que las cobija, algunas se arrepienten y otras no. Siempre resulta más agradable enjugarse las lágrimas con pañuelo de seda.
 
 
Para mis manos tumbagas,
para mis caprichos monedas.
Y para mi cuerpo lucirlo
mantones bordados, vestidos de seda.
La luna que yo pida, la luna que me da.
Que para eso mi payo ha visto
más parnés que tiene un sultán.
Envidio tu suerte,
me dicen algunas al verme lucir.
Y no saben pobres la envidia que ellas me causan a mí.
María de la O, que desgraciaíta
gitana tu eres teniéndolo tó.
Te quieres reír y hasta los ojitos
los tienes morados de tanto sufrir.
Maldito parné que por su culpita
dejaste al gitano que fue tu querer.
Castigo de Dios, castigo de Dios.
Es la crucecita que lleva a cuesta María de la O.

 
Rechiflado en mi tristeza, te evoco y veo que has sido
en mi pobre vida paria sólo una buena mujer.
Tu presencia de bacana puso calor en mi nido,
fuiste buena, consecuente, y yo sé que me has querido
como no quisiste a nadie, como no podrás querer.

Se dio el juego de remanye cuando vos, pobre percanta,
gambeteabas la pobreza en la casa de pensión.
Hoy sos toda una bacana, la vida te ríe y canta,
Ios morlacos del otario los jugás a la marchanta
como juega el gato maula con el mísero ratón.

Hoy tenés el mate lleno de infelices ilusiones,
te engrupieron los otarios, las amigas y el gavión;
la milonga, entre magnates, con sus locas tentaciones,
donde triunfan y claudican milongueras pretensiones,
se te ha entrado muy adentro en tu pobre corazón.
 
 
Últimamente he leído dos noticias sobre millonarios dignas de contar. La primera historia trata sobre una joven que puso un anuncio en un periódico para buscar un marido rico. Su reclamo comenzaba así: "Soy una chica hermosa (yo diría que muy hermosa) de 25 años, bien formada y tengo clase. Quiero casarme con alguien que gane como mínimo medio millón de dólares al año". Casi de inmediato, le respondió un acaudalado hombre de negocios que, amablemente, le explicó que ella era un activo que sufría depreciación y él un activo que rendía dividendos. “Por lo tanto, todavía en términos comerciales, el casamiento con Ud. no es un buen negocio a mediano o largo plazo, pero alquilarla puede ser en términos comerciales un negocio razonable que podemos meditar y discutir usted y yo”. Aquí pueden leer toda la historia.
 
 
La segunda noticia narra las peripecias de un millonario chino que busca una mujer para que lo amamante. El cliente puede beber directamente del pecho materno o a través de un extractor de leche, en caso de que le produzca vergüenza. Las nodrizas que se encargan de ofrecer este servicio cobran alrededor de 2.000 euros mensuales, cuatro veces más que el sueldo medio en China. Otra lectura muy recomendable sobre gente con plata.

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