lunes, 29 de julio de 2013

El pendiente de La Faraona

Si se aburren en la piscina, la arena de la playa les pone de mal humor o, sencillamente, disfrutan llevándose lectura para sus ratos de sol y tumbona, les recomiendo el último y entretenidísimo libro de José María Íñigo: "La tele que fuimos", un recorrido nostálgico, ágil y con sentido del humor por la historia de la televisión en España. Como en este blog somos grandes amantes de la bata de cola, sirva de muestra una anécdota protagonizada por La Faraona.


La historia de Lola Flores transcurre durante la grabación del programa "Esta noche... Fiesta". Cuenta José María Iñigo: "En pocos meses, la sala Florida Park, en el parque del Retiro de Madrid, se convirtió en un sitio extremadamente popular y centro de la actualidad nacional e internacional en el campo de la música y la moda. Las invitaciones para el programa, a pesar de ser gratuitas, se cotizaban en el mercado negro hasta alcanzar precios superiores a las cinco mil pesetas de aquella época [hablamos del año 1976]. Decenas de reporteros acudían semanalmente a la madrileña sala de fiestas y aguardaban a que surgiera alguna noticia interesante. ¡Y vaya si surgían!


[...] Quizás uno de los episodios que tuvo más trascendencia en los programas que he hecho tuvo lugar la noche en que actuaba Lola Flores. Lola apareció allí con sus músicos, sus palmeros, sus guitarristas y cantó una canción. Luego, en la segunda, se lanzó al escenario y, con ese brío que la caracterizaba, empezó su Pena, penita, pena. Se dio media vuelta y, al volverse, uno de sus pendientes salió volando por el aire y se perdió entre la multitud. La Faraona hizo parar a los músicos, a la televisión, todo, y dijo:
- ¡Ojo! ¡Ese pendiente es de los buenos y yo de aquí no me muevo hasta que se busque y se encuentre!.


Como digo, paró la televisión, paramos todos y todo el mundo se puso a buscar el famoso pendiente. La operación nos costó entre siete y ocho minutos. Buscamos entre las mesas, por el suelo... Fue un hecho irrepetible. Cuando por fin se encontró el pendiente, Lola dijo:
- Señores, ahora ya puedo seguir cantando. Es que era de los buenos, y se puso otra vez a cantar".


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