sábado, 15 de septiembre de 2012

La ley no escrita del toreo

He leído el siguiente mensaje en el Facebook del torero Fernando Robleño, que este sábado ha asistido de paisano a la plaza de Fuenlabrada para presenciar como su compañero, El Fundi, se despedía de su afición: "Buena tarde de toros hemos vivido hoy en Fuenlabrada con el Maestro Fundi. No me quería perder éste día tan especial para él, ya que en Madrid no puedo verlo en la Feria Otoño porque estaré en Zaragoza. Lo de hoy ha sido inolvidable... qué tarde de toros.... qué maestría, qué torería, qué majestuosidad, qué forma de matar los toros, qué forma de torear con el capote, qué despacio con la muleta, ha habido muletazos eternos.... en definitiva, qué torerazo, un Maestro de los pies a la cabeza. Ojalá en Madrid ponga el broche de oro que merece su carrera. Torero Grandioso... Maestro".

(Robleño, de verde, sacando a hombros al Fundi en Fuenlabrada
Fotografía: Javier Arroyo)
 
 Al terminar el festejo, los vecinos de Fuenlabrada han llevado a hombros al Fundi hasta su casa, como en las tardes apoteósicas de antaño, cuando Belmonte iba en volandas desde La Maestranza hasta Triana.
 
 
Reconozco que el mensaje de Robleño me ha conmovido por su humildad, camaradería y pureza. Sobre todo porque, cuando El Fundi y Robleño se han enfundado el terno y han coincidido en el ruedo, siempre con las corridas más duras, han salido a comerse el mundo cada uno por su lado, en una rivalidad sin cuartel, con el pundonor por bandera, como manda la ley no escrita del toreo. Gestos de caballeros que, tristemente, ya no abundan ni en la plaza ni en calle.
 
 
 
El talón de Aquiles del Fundi siempre ha sido Las Ventas. Los aficionados de Madrid deseamos que el próximo 5 de octubre, en su despedida con la corrida del Puerto de San Lorenzo, abra la Puerta Grande que siempre se le ha resistido, pero que tanto merece. Por guerrero. Por su eterna mala suerte. Y por buena persona. Lo decía Belmonte: "Se torea como se es". Y suerte también a Robleño, que torea en Las Ventas justo dos días después. En casos así, las alabanzas no sólo elogian al destinatario de las mismas, también al que las dice. 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario